Hay muchas cosas en las que podemos basarnos en nuestras preferencias, por ejemplo, qué nos gusta comer, beber, cómo nos gusta vestir o nuestro corte de pelo. También podemos elegir: el género cinematográfico favorito, o el escritor que más nos guste. Podremos elegir el género musical, el cantante y la banda favorita. Hay infinitas variaciones, y todas tienen razón, porque los gustos y preferencias personales de cada uno no se pueden discutir y deben respetarse. También podemos tener preferencias políticas, por un partido, o por un representante político específico, sin riesgo o temor de ser juzgados por quienes se creen mejores, simplemente porque prefieren ser manipulados y lavados de cerebro por una persona o político específico. fuerza. Quienes nos eligen hacen una elección valiente, inteligente e informada y, vengan de donde vengan, nunca serán discriminados ni burlados.